Todo lo dicho en esta entrada es completa y absolutamente MI OPINIÓN. Puedes estar más o menos de acuerdo, pero es lo que pienso.
¿Que de qué hablo? De Got Talent, por supuesto.
Esa gran franquicia donde descubrimos a la gran Susan Boyle, donde vimos por primera vez a Lindsay Stirling y donde se mueven los sentimientos allá donde vaya.
Excepto aquí, por lo que se ve.
Empezó con grandes expectativas, todo sea dicho. ¿Quién no ha visto alguna actuación de cualquier Got Talent del mundo? Es un formato hecho para sacar lo mejor de cada país, donde demostrar el talento, valga la redundancia. En todos lados funciona y triunfa. ¿Por qué ha fallado, entonces?
Tengo varias teorías.
La primera, la que se vio desde el primer anuncio de Got Talent España. El jurado. Ay, el jurado. Qué decir. Soy tan especialita a veces que ya desde que vi el jurado me dije: esto o sale bien o se va a la mierda. Se fue a la mierda.
Intentaron abarcar todos los "aspectos" del talento. Tenemos a Jesús Vazquez, que es presentador; a Eva Hache "humorista" (entrecomillado porque yo la gracia no le veo); Edurne, cantante, una clara baza a traer público por su participación en Eurovisión el año pasado; y a Jorge Javier Vázquez, presentador de Sálvame y diva de Telecinco (esto lo digo con cariño, que pese a que no me gusta en general el contenido de esta cadena sí me cae bien este hombre).
Pero aún así no supieron como enfocarlo. Edurne adoptó el papel de "la buena", siempre con palabras amables a casi todos los aspirantes del concurso. Eva la de "la graciosa", oportunamente entrecomillado por sus chistes faltos de humor. Jesús, otro gracioso, y Jorge, el borde. Aunque hubo muuuchos momentos en los que estos dos se turnaban para ser el Risto Mejide o el Simon Cowell de este programa.
Buen intento. Pero no, gracias.
Chistes forzados, comentarios rebuscados, voces forzadas. Los "PERDOOOONAAAA?" de Eva muy forzados. En fin.
Algo que caracteriza este formato es el espectáculo y la espontaneidad de su jurado. Algo que aquí ha faltado y en muchos momentos me dio hasta vergüenza ajena.
La segunda, el montaje y edición. Planos innecesarios, cambios de cámara innecesario, enfoques a público y jurado innecesarios, giros de cámara durante actuaciones innecesarios. Y lo peor de todo: el raccord. Esto es más personal, pero me molestó muchísimo. Entre los cambios de vestido y peinado de Edurne acabamos machacados mentalmente en mi morada. En La Voz al menos mantenían una continuidad grabando con la misma ropa para hacer más fácil el montaje. Aquí ni eso. Acabé odiando el tupé de Edurne.
En este apartado meteré también los "detrás de las cámaras" que tenía este programa. Las audiciones podrían haberse ahorrado un programa entero sin este relleno, pero claro, no convenía. Un programa menos, menos publicidad que meter.
Pasemos a lo tercero. Hubo nivel, eso está claro. Hubo actuaciones muy buenas. Pero tuvieron que joderla con el puñetero botón dorado. Los cánticos de "push the gold, push the gold" fueron sustituídos por "pase de oro, pase de oro". Bien, no me quejo.
¿Pero a quién en su sano juicio se le ocurre pasar a la semifinal directamente a un grupo de mujeres cuya actuación no fue buena y pasaron por su tertulia de después, o al hombre gallino?
El hombre gallino. Corramos un tupido velo.
Otro problema que vi, es que todo botón dorado fue con cantantes, gallino incluído, Esto nos tuvo que poner en alerta para saber cómo iba a acabar esto. Pero eso mejor para más adelante.
Los botones dorados fueron más o menos acertados, aunque he de decir que sólo me gustaron dos: Salerito y Opera-Rock. Salerito, alias de Pedro, tenía una voz impresionante para ser tan pequeño. Con su gracia y desparpajo, su usb como amuleto de la suerte y esa voz capaz de cantar algo tan difícil como es Quédate conmigo me enamoró desde el primer momento que pisó el escenario. Y Opera-Rock, Cristina. La pedazo de sorpresa que nos dio en las audiciones realmente para mi gusto fue en decrescendo en semifinal y final. Porque tiene voz, eso está claro. E impresionó, botón dorado más que merecido. Pero el factor sorpresa estaba perdido y estaba claro que no iba a dar más espectáculo más allá de su potencia vocal.
Las constantes amenazas a presionar el botón de oro para coaccionar al resto del jurado a dar un sí forzado me pareció completamente fuera de lugar. Se quedaron buenos artistas sin su botón. Espero que dejen de pensar en el qué dirán y si gusta una actuación que lo pasen directamente. Sin consultas ni chantajes de por medio en la segunda edición. Pero con criterio, si puede ser.
Tenían programadas tres semifinales. Muchos artistas se quedaron fuera de las semifinales por las elecciones del jurado entre todos aquellos talentos a los que les dieron tres o más síes. El que hubiera otra semifinal fue un claro ejemplo de que no puedes dejar fuera a lo que más llega a la gente. Hablo de Robin Dee, que con la plaza que ofrecieron al final de toda la selección quedó fuera. ¿Y qué pasó? Protestas en todas partes. ¿Es que no se lo esperaban? Las redes sociales ardieron, literalmente. ¿Cómo dejar fuera a una voz tan personal como la de ella?
Lo arreglaron, pero se notó que fue algo forzado. ¿Qué hicieron? Proponer la cuarta semifinal, donde repescar a otra tanda de talentos. Y Robin estuvo allí. Y María. Y Marco Aurelio. Orihane. Elihú. Iván Asenjo. Álvaro Montes. ¿Por qué estos pedazo de artistas quedaron fuera de las otras semifinales? Si no hubieran hecho otra semifinal se habrían quedado fuera, y ya. Claro, se dieron cuenta de que esto no gustaba al público. Y lanzaron la encuesta como echándose flores, como si hubiera sido idea suya. En fin.
Pasemos a lo que quedó para la gran final. 18 finalistas, de los que seis eran cantantes, seis eran bailarines, cinco acróbatas y un pianista. ¿Dónde quedó la variedad de talento? ¿Ni un mago a la final? Mira que hubo magos buenos, de esos que dejaron sin palabras al muggle de la edición, Jesús.
Está claro lo que le gusta a España, donde programas como La Voz (que ya no veo por su falta de variedad más allá de la copla) y el nuevo de "Levántate" (que no miro porque para escuchar versiones Youtube me ofrece más y mejor variedad) son y serán lo más visto en su franja horaria.
Volvamos a la final.
¿A quién en su puñetero santo juicio se le ocurrió separar a los finalistas en grupos para sacar al mejor de ellos?
TODOS tenían que tener las mismas posibilidades de ganar. Pero no. Del grupo uno pasó Alberto, más que merecido por su evolución y aumento de dificultad a la hora de tocar el piano. Del segundo grupo pasó María. Os pongo mi reacción en Twitter.
¿Y Celia y Marco? Ya el que pasara María en las semifinales me dolió, porque canción más sosa no podía haber elegido. ¿Pero pasar favorita de su grupo gritando más que cantando? Ya he dicho que este formato mueve los sentimientos. Y la actuación de Celia y Marco movieron más sentimientos que sus gritos sobre el amor frustrado. Ni punto de comparación. Desde aquí un saludo muy grande a Celia y Marco. Erais mis ganadores de ese grupo. Y si pasabais erais mis ganadores, vamos Me hicisteis llorar, y a mi madre también.
Dos tweets reflejan una vez más mi opinión sobre lo que pasaría después. Y retweet de regalo.
Y pasó, con una versión de una canción del gran Freddy Mercury que no le hizo justicia ni de lejos. Esto sigue siendo mi opinión, pero machacar una canción tan bonita así... me rompió el alma, os lo aseguro.
Y mientras se sumaban votos para anunciar el ganador tuvo que actuar Edurne. Cómo no. ¿Pero era necesario? Para nada. ¿Tenemos que rellenar? ¿Por qué traer a alguien con una canción cañera para aliviar la tensión, si tenemos a la maravillosa Edurne con una canción en exclusiva? Nótese la ironía. Edurne, más sal en vena. Últimamente nos estás dejando muy fríos. excepto a tus fanboys y fangirls, claramente.
Iré rápido. María tercera, Alberto segundo, ganadora Opera-Rock. Se veía venir.
Al parecer últimamente lo único que vale la pena como talento es tener un chorro de voz. Y da rabia. ¿Por qué? Porque existen más talentos. Más que cantar con toda tu potencia vocal. Os voy a poner un ejemplo. Varios ejemplos.
Y no solo en los Got Talent extranjeros. Aquí hubo mucho talento. Muchísimo nivel. He nombrado a muchos en esta crítica. Pero no supieron como manejar tanto nivel. Pasando a gente como las XL, el señor Gallino y el "Desnúdate" de los intento de reggaetoneros. Así no.
Se me está yendo mucho la pinza ya. Una primera edición no falta de "polémica", jurado fuera de lugar, actuaciones que no fueron tomadas en cuenta y en muchos momentos ridiculizada por parte de ellos. Para el caso podríamos habernos quedado con Tú sí que vales, que al menos con Cristian y con Risto unas risas te echabas.
Prometí hablar de esto, y voy a hacerlo. El chiste de los travestis. El que a mí tanta gracia me hizo y que no gustó nada al jurado. Según ellos hay temas con los que no hay que hacer chistes. Señores, se llama humor negro, tan negro que si te descuidas te roba. Si sois incapaces de ver humor en algo así, no esperéis por la normalización de todo lo reacionado con LGBT en España. ¿Por qué puedo hacer un chiste de mujeres sin ser machista o un chiste sobre maricones sin ser homófoba? Porque para algo está el humor. Para reírnos de todo, incluso de lo políticamente incorrecto. Sin el humor nos podemos ir todos a la mierda. Esto va por ti, Jorge, que bien que tus comentarios sobre maricas se toman bien, o incluso al día siguiente del fatídico comentario, con Sandra Barneda haciendo también comentarios con la palabra "maricón" por delante. Te sorprendería los chistes machistas que me sé siendo yo mujer. Relajad las tetas. Libres domingos y domingas.
Espero de verdad que el jurado en la segunda edición no sea el mismo. O si lo es, que aprendan de esta primera edición. No sólo el jurado, si no los realizadores del programa en general.
Simon Cowell, creador del formato Got Talent, mandando un mensaje de ánimo en la final. Tío, soy yo y estaría revolviendome en mi tumba, incluso sin estar muerta.
En fin.



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